En este 2020 se hace un llamamiento a la solidaridad mundial para ayudar a las personas más vulnerables a que se recuperen de la crisis y para hacer que los sistemas alimentarios sean más resilientes, y robustos de manera que puedan resistir el aumento de la volatilidad y los choques climáticos, proporcionar dietas saludables asequibles y sostenibles para todos, y medios de vida dignos para los trabajadores del sistema alimentario. Esto requerirá regímenes de protección social mejores y que se ofrezcan oportunidades nuevas a través de la digitalización y el comercio electrónico, pero también prácticas agrícolas más sostenibles que preserven los recursos naturales de la Tierra, nuestra salud y el clima.
En las últimas décadas, el mundo ha progresado significativamente en la mejora de la productividad agrícola. Aunque ahora producimos alimentos más que suficientes para alimentar a todos, nuestros sistemas alimentarios están desequilibrados. El hambre, la obesidad, la degradación ambiental, la pérdida de diversidad agrobiológica, la pérdida y el desperdicio de alimentos, y la falta de seguridad para los trabajadores de la cadena alimentaria son solo algunos de los problemas que evidencian este desequilibrio. Mientras los países comienzan a desarrollar e implementar planes de recuperación de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), existe la oportunidad de adoptar soluciones innovadoras basadas en evidencia científica para mejorar nuestros sistemas alimentarios y reconstruir mejor.
La alimentación es la esencia de la vida y la piedra angular de nuestras culturas, y comunidades. Preservar el acceso a alimentos inocuos y nutritivos es, y seguirá siendo, una parte esencial de la respuesta a la enfermedad por coronavirus (COVID-19), especialmente para los más pobres y vulnerables del mundo, que son los que más han sufrido el impacto de la pandemia y que se verán más afectados por las perturbaciones económicas derivadas.
En un momento como este, es más importante que nunca reconocer la necesidad de apoyar a nuestros héroes de la alimentación, agricultores y trabajadores de todo el sistema alimentario, que garantizan que los alimentos lleguen de la granja a la mesa, incluso en medio de perturbaciones sin precedentes como la crisis actual de COVID-19.
Nuestras acciones son nuestro futuro.
Los países, el sector privado y la sociedad civil deben garantizar que nuestros sistemas alimentarios puedan cultivar una variedad de alimentos para nutrir a una población en crecimiento y preservar el planeta juntos.
Fuente: FAO